miércoles, junio 27, 2007

Cosas de la vida

Todos los días tienen 24 horas, pero no todos duran lo mismo para nosotros. Hay días que se pasan volando y hay otros que parecen que nunca acaban. El tiempo falso es ese objetivo, exacto y uniforme que marca el reloj. El tiempo verdadero es irregular, voluble y caprichoso.

qué corta es la vida y qué larga una noche de insomnio.

Cuando éramos niños el tiempo transcurría lentamente y conforme nos vamos haciendo mayores el transcurrir del tiempo se hace más rápido. Un día en la vida de un niño de cuatro años equivale a una semana en la de un joven de 20 y probablemente a un mes en la de un adulto de 50 y a un año en la vida de una abuela centenaria. Los niños cuentan con un horizonte temporal dónde la unidad de tiempo es el día, los adolescentes quizás tengan la semana como referencia, mientras que los adultos jóvenes comienzan a considerar las cosas de mes en mes y de año en año los que rondan los 50. Aseguran los ancianos que a partir de los 70 las décadas pasan volando.

Hay días que tiendo a la melancolía y hoy quizás sea uno de ellos, pero conviene dar valor a las cosas y pocas hay tan valiosas como el tiempo. Hay vidas cortas cargadas de vida y vidas largas sin vida apenas. La mejor manera de aprovechar el tiempo es intentar vivir siempre en el presente, dando vida a nuestros días y no simplemente acumulando días de vida.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

...y más adelante sabe uno que el verdadero rumbo de la vida está fijado desde dentro; por intrincado y absurdo que nos parezca nuestro camino y por más que se aleje de nuestros deseos, en definitiva siempre nos lleva a nuestra meta.No lo dudes. Siempre. El arte de vivir es, en definitiva, una cuestión privada.

Anónimo dijo...

Somos cautivos del tiempo,
rehenes de la eternidad.

El tiempo es un sabio tramposo, nos enseña lento cuando niños, pero muy rápido cuando viejos.

El tiempo no pasa, pasamos nosotros.

devezencuando dijo...

Muy cierto you, anónimo, mountain...El reloj sigue su marcha.