Erase una vez,
en una fría primavera,
dos niños vaqueros,
trabajando,
partiendo leña,
estaban soñando
al tiempo que cortaban,
como serían sus vidas
dentro de algunos años.
El primero un año más mayor llamado Ennis,
abre la boca sin temor,
y dejando volar los sueños,
declara con razón:-
"Yo de mayor quiero ser rico con tierras
y tener mi propia casa,
para darle a mi mujer todo lo mejor
y mucho más y tambien
dar a mis hijos,
todo lo que yo no tuve.
Que bonito sueño tuvo este vaquero
El segundo vaquero llamado Jack
Contesta-
"Pues yo de mayor quiero,
tan solo ser
el rey de los rodeos
para tener también mi propia casa
y poder dar a la persona que ame
todo lo que necesite .
Que bonito deseo del vaquero
pero en un segundo ..
El vaquero más chico Jack
Dejo su inocencia volar,
y sin temor y con valor
dejó el corazón hablar:-
"Me gustaría ser Angel,
para volar junto a ti
y decirle que mirase alrededor,
que el mundo estaba equivocado,
y que si tenia que dar algo seria a el”,
"El mayor sin palabras
mudo y con el corazón acelerado
Contesta
"habló el más chico habló
la inocencia pura,
habló el más sabio de los niños,
de toda la llanura"
Y con un abrazo le mira sus ojos Llorosos,
fundiéndose en un beso de amor
le arde la pasión.
Nunca olvidaré aquellos chicos,
con lágrimas en los ojos,
con esperanza en el corazón,
De que el mundo fuese así como la inocencia de un niño,
........los vaqueros de BBM.......
4 comentarios:
Ojalá pudieramos tener la mirada de los niños, su frescor, su entusiasmo y su imaginación... Ojalá todos los buenos sueños se hicieran realidad.
1beso
Su mirada penetrante se clavo en su ser
y sin pensarlo siquiera le comenzó a querer,
primero fue cariño de muy buenos amigos
más el tiempo fiel testigo fue cambiando los sentidos.
Los juegos inocentes de aquellos felices días
quedaron en la retina de la melancolía
y aquella amistad que nació al verle pasar
modifico su estructura y renació algo más.
Cada nueva temporada, cada nueva estación,
los cubría con su manto el Angel del amor,
los niños se hicieron hombres
y las alas del travieso Angel lleno cada fibra de su piel.
Transcurriendo los ciclos de lunas y solsticios,
la necesidad del uno por el otro se volvió vicio,
dándose cuenta de que en aquel dulce embeleso,
unieron sus caminos formando un nuevo comienzo.
Firmaron un pacto de fidelidad
que los comprometía por la eternidad,
y en cada letra de aquella tierna profecía
decía que nunca jamás se olvidarían.
Los días se cubrieron de nuevos colores,
susurrando dulces melodías de pajarillos cantores,
el sol los llenaría con su luz y calor,
la luna les cantaría sinfonías de amor.
Pero no todo podía ser alegría,
un buen día todo eso cambiaría,
cuando el alma de uno de ellos seguiría
pero el cuerpo no le haría compañía.
Noche tras noche se acercaba el final
conociendo aquel destino fatal,
en que uno de los dos se iria
y la soledad ocuparia su lugar.
No podía más que esperar
viendo como los suspiros se le van,
a sabiendas del dolor que sufre su amado,
cayendo en desesperación al no poder hacer nada.
El día se vuelve gris, la noche marchita el existir,
el tormento se acrecienta aun más
consumando la separación final.
Su cuerpo ya no aguanta más,
su voluntad esta cansada de luchar,
en un funesto respiro,
la muerte le cubre con su manto sombrío.
Rodeado de seres queridos,
estos que son testigos de este castigo,
de esta pareja tan singular
que se ama más allá de la eternidad.
Separados solo en forma corporal,
porque en espíritu siguen unidos igual,
ya que su pacto fue de cariño infinito
es el sentimiento aquí descrito.
Es del amor verdadero,
El amor, como pocos conocieron.
Qué bonito sería ...
sueños,
anhelos,
deseos,
dos vaqueros
y un solo corazón...
Publicar un comentario